Las duchas extremistas!

Bromas aparte, odio pocas cosas en este mundo, pero las duchas extremistas es lo peor que te puedes encontrar. Sabes que el momento en que te duchas o te bañas es de los mejores momentos del día. El agua cayendo suavemente sobre tu cabeza y corriendo por todo tu cuerpo no tiene ningún precio, pero todo se estropea cuando te has de duchar en casa de un familiar, en un gimnasio, en un hotel o cualquier otro sitio y te encuentras con las malditas duchas extremistas. Si, ya sabéis de las duchas que hablo, esas asquerosas duchas que solo aceptan temperaturas extremas, o el agua sale muy caliente o sale muy fría. Ya te puedes estar media hora moviendo el indicador que por mucho que lo pongas en el centro eso cae como le venga en gana.

Lo peor es cuando pareces haber encontrado el punto, y empiezas a sentirte bien y de golpe cae agua muy caliente o muy fría y te dan ganas de pegarle pero no puedes, nunca lo había pensado pero si sientes la necesidad  de golpear con rabia una ducha ¿Dónde le das? También fastidia mucho cuando estás enjabonándote y dispuesto a quitarte el jabón no puedes porque no quieres salir como un churrasco de la bañera y tienes que aceptar esa combinación tan agradable de toalla + jabón que a nadie le gusta, vamos que te tienes que salir de la ducha lleno de jabón.

Por no hablar de las toallas que te dan en los gimnasios o hoteles, esas toallas que más que secar rascan, que deberían entrar dentro del grupo de las lijas, sobretodo tan útiles en temporadas como el invierno cuando tienes la necesidad de secarte para no coger un catarro pero no sabes que es peor. Os invito a salir al balcón y colgar un cartel que ponga “No a la instalación de duchas extremistas” yo ya lo he hecho.